Aquí os dejamos los trabajos que han hecho los mas pequeños del cole para Halloween. Los niños de infantil solo debían dibujar un mostruo y sus papis escribir su descripción y los niños de primaria, debían hacer ellos mismos la descripcion de sus monstruos:
Los puntos conseguidos en esta primera actividad son:
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NOMBRE |
PONER EL NOMBRE (3PTOS) |
PINTAR (3PUNTOS) |
PARTICIPAR |
TOTAL |
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VALERIA 5A |
3 |
2 |
5 |
10 |
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HELIA 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
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MARCO 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
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EMMA 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
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NEREA M 5A |
3 |
3 |
5 |
11 |
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SOFÍA O 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
TOÑI 3AÑOS |
1 |
1 |
5 |
7 (NODIBUJADO POR LA NIÑA) |
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IKER M. 4 AÑOS |
1 |
1 |
5 |
7 (SIN DESCRIPCIÓN) |
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ALEJANDRO F 3AÑOS |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
RODRIGO 5A |
3 |
2 |
5 |
10 |
|
ALONSO 5A |
3 |
2 |
5 |
10 |
|
GONZALO 5A |
3 |
2 |
5 |
10 |
|
CARLA 5A |
1 |
1 |
5 |
7 (SIN DESCRIPCIÓN) |
|
MARTINA de la C 4ÑOS |
1 |
1 |
5 |
7 (SIN DESCRIPCIÓN) |
|
PABLO 5A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
IVÁN R. 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
HUGO D. |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
DIEGO 5A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
JACOBO M. |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
SARA |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
DANIELA M. 4A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
DANIEL 5 |
1 |
1 |
5
|
7 (SIN DECSRIPCIÓN) |
|
ALAN 5 |
1 |
1 |
5
|
7 (SIN DESCRIPCIÓN) |
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OLIVIA 3A |
3 |
3 |
5 |
11 |
|
CARLA 3A |
1 |
1 |
5
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7 (NODIBUJADO POR LA NIÑA) |
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PAULA |
1 |
1 |
5
|
7 (SIN DESCRIPCIÓN) |
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LAURA G. 4 |
3 |
3 |
5 |
11 |
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DIEGO 3ª |
3 |
3 |
5 |
11 |
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¡¡MUCHAS GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR!!
NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE ACTIVIDAD...
Extintores co2 2 kg
Extintor 6 kg abc
En el sector de la hostelería, cumplir con la normativa para cocinas de restaurantes no es solo una exigencia legal, sino una condición indispensable para garantizar la seguridad de los trabajadores, la salud de los clientes y la continuidad del negocio. Cada detalle, desde la elección de materiales hasta la disposición de los equipos, debe ajustarse a los requisitos técnicos y sanitarios vigentes. Un incumplimiento puede derivar en sanciones económicas, clausuras temporales o incluso el cierre definitivo del establecimiento.
A continuación, presentamos una guía exhaustiva con todos los puntos clave que un propietario o gestor debe tener en cuenta para asegurar que su cocina esté siempre en conformidad con la ley.
Cumplimiento de la normativa contra incendios en restaurantes
Uno de los aspectos más críticos en el diseño y mantenimiento de una cocina profesional es la prevención y control de incendios. La normativa contra incendios en restaurantes establece que todas las zonas donde se utilicen equipos generadores de calor, como fogones, hornos o freidoras, deben contar con:
Extintores homologados, situados en lugares visibles y de fácil acceso.
Sistemas automáticos de extinción, especialmente en campanas extractoras y áreas con alto riesgo de combustión.
Revisión periódica y mantenimiento certificado de todo el equipamiento contra incendios, con un registro actualizado que acredite su correcto funcionamiento.
Es fundamental que los trabajadores reciban formación específica en el uso de extintores y protocolos de evacuación. Además, se recomienda utilizar extintores de polvo ABC o de CO₂ para sofocar diferentes tipos de fuegos sin dañar la maquinaria.
Extintores para pequeños comercios: requisitos y ubicación correcta
No solo los restaurantes deben cumplir con estrictas medidas de protección. Los extintores para pequeños comercios también son obligatorios y deben cumplir la normativa vigente. Estos dispositivos deben:
Estar certificados según la normativa UNE-EN 3.
Tener capacidad mínima de 6 kg para polvo ABC o 5 kg para CO₂, dependiendo del riesgo.
Instalarse en zonas visibles, a una altura máxima de 1,20 metros desde el suelo.
Realizar revisiones trimestrales internas y mantenimiento anual por empresas autorizadas.
En locales de menos de 50 m², al menos debe haber un extintor portátil en un punto estratégico que permita un acceso rápido en caso de emergencia. Recordemos que, además de cumplir la ley, contar con el equipo adecuado puede salvar vidas y evitar pérdidas materiales.
Normativa higiénico-sanitaria: el pilar de una cocina segura
La legislación europea, concretamente el Reglamento (CE) Nº 852/2004, exige la implantación de un sistema APPCC (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Este protocolo implica:
Control de temperaturas en almacenamiento y cocción.
Uso de superficies no porosas y lavables.
Implementación de planes de limpieza y desinfección documentados.
Formación continua en manipulación higiénica de alimentos.
Cada comunidad autónoma puede añadir requisitos adicionales, por lo que es imprescindible consultar la normativa local. El incumplimiento de estos estándares no solo acarrea multas, sino que puede derivar en cierres inmediatos.
Diseño y distribución de una cocina profesional según la normativa
Una cocina de hostelería debe estar diseñada para optimizar la seguridad, la higiene y la eficiencia. Los requisitos más relevantes incluyen:
Separación física entre zonas limpias y zonas sucias para evitar contaminaciones cruzadas.
Suelos antideslizantes, resistentes y fáciles de limpiar.
Iluminación suficiente para garantizar la visibilidad en todas las áreas de trabajo.
Campanas extractoras con filtros adecuados para eliminar vapores y grasas.
Lavamanos con grifo no manual y dispensadores de jabón bactericida y toallas desechables.
El flujo de trabajo debe permitir que el personal se mueva con facilidad, evitando cruces peligrosos entre áreas de preparación y cocción.
Documentación y registros obligatorios
Para demostrar el cumplimiento normativo, todo restaurante debe disponer de una serie de documentos actualizados, entre los que se incluyen:
Certificados de mantenimiento de campanas extractoras, extintores y maquinaria.
Registros de formación del personal en higiene y seguridad.
Fichas técnicas de los productos de limpieza utilizados.
Controles documentados de temperaturas de refrigeradores y congeladores.
Estos documentos deben estar disponibles para ser presentados en cualquier inspección sin previo aviso.
Formación continua del personal y responsabilidad del empleador
El equipo humano es un factor clave en el cumplimiento normativo. Todos los trabajadores deben recibir formación específica en:
Manipulación segura de alimentos.
Prevención de riesgos laborales.
Actuación ante emergencias y uso de extintores.
Si un empleado sufre un accidente y no ha recibido formación acreditada, la responsabilidad legal recae directamente sobre el propietario del negocio, con posibles sanciones económicas y penales.
Mantenimiento y revisión periódica de las instalaciones
Incluso una cocina que hoy cumple con la normativa puede quedar fuera de los estándares legales en pocos meses si no se realizan inspecciones periódicas. El mantenimiento preventivo incluye:
Sustitución de filtros y limpieza de campanas extractoras.
Revisión de sistemas de ventilación y extracción de humos.
Control de fugas en instalaciones de gas.
Verificación del correcto funcionamiento de extintores y sistemas automáticos contra incendios.
La contratación de auditorías internas permite detectar fallos antes de que lo haga un inspector oficial.
Selección y control de proveedores
La trazabilidad de los alimentos comienza en el proveedor. Todos los productos deben provenir de distribuidores que cumplan con las normativas de higiene y seguridad. Se recomienda:
Conservar albaranes y facturas como prueba de origen.
Verificar el cumplimiento normativo de los proveedores.
Evitar distribuidores que no ofrezcan certificaciones sanitarias.
Invertir en cumplimiento es invertir en futuro
Respetar la normativa para cocinas de restaurantes y garantizar la presencia de extintores para pequeños comercios no debe verse como un gasto, sino como una inversión en seguridad, reputación y rentabilidad. Una cocina que cumple con todos los requisitos legales es más eficiente, evita sanciones y transmite confianza al cliente.
En hostelería, la prevención y la organización son la base para construir un negocio sólido y con proyección a largo plazo. Cumplir la ley no es solo una obligación: es la receta para cocinar con tranquilidad y éxito.
En un momento en el que la ciudad de Sevilla crece, se transforma y se reforma a un ritmo constante, la licencia de obra menor ocupa un lugar decisivo en la agenda de quienes desean renovar su vivienda, adaptar un local o realizar pequeñas intervenciones constructivas. No es un trámite menor. Al contrario: es la puerta de entrada a un mundo en el que conviven las licencias de actividad, las declaraciones responsables, las licencias de apertura y las licencias de obras. Y todas ellas son, hoy más que nunca, garantía de seguridad jurídica y de cumplimiento normativo en el día a día de cualquier ciudadano o empresario.
La licencia de obra menor en Sevilla no es un mero requisito burocrático. Es, en realidad, la línea que separa lo improvisado de lo correcto, lo inseguro de lo seguro. Este permiso, otorgado por el Ayuntamiento, autoriza pequeñas reformas que no modifican la estructura de un edificio ni su uso principal, pero que exigen un control legal y técnico para evitar sanciones y problemas futuros.
Y aquí conviene detenernos: porque en ese mosaico de trámites municipales, todo se conecta. No hay reforma sin licencia; no hay apertura sin declaración responsable; no hay obra mayor ni menor sin el debido control técnico. Por eso, cuando hablamos de licencias en la Sevilla actual, hablamos de un ecosistema que protege al ciudadano y a la ciudad misma.
Precisamente por eso, cuando alguien se dispone a dar el primer paso —ese primer presupuesto, esa ilusión por ver la cocina renovada o el local acondicionado— conviene tener claro que una licencia de obra no es un obstáculo, sino un salvoconducto imprescindible.
Si levantamos la vista hacia los barrios de Sevilla, descubrimos que bajo cada fachada repintada, cada terraza cerrada y cada tabique derribado se esconde una pregunta inevitable: ¿necesitaba esto licencia? Y la respuesta suele ser afirmativa. Algunos de los ejemplos más habituales incluyen:
En cada uno de estos casos, la licencia es más que una autorización: es un compromiso con el orden urbano y con la convivencia. Y es que, si algo distingue a Sevilla, es que su tejido urbano respira historia, tradición y modernidad a la vez. De ahí que el control administrativo sea, en muchos casos, más estricto.
El proceso no es tan farragoso como pudiera parecer, pero sí requiere rigor. La solicitud puede realizarse presencialmente en el Ayuntamiento o bien a través de su sede electrónica. La documentación básica incluye:
Una vez presentada, la solicitud pasa por un proceso de revisión que puede tardar varias semanas. El plazo de respuesta varía, pero la recomendación siempre es solicitar la licencia con antelación para no retrasar el inicio de la obra.
Porque, no lo olvidemos: el incumplimiento no sale barato. Además de las multas, el Ayuntamiento puede paralizar la obra y abrir expediente sancionador. Y ese es un trance que, créanos, resulta mucho más costoso que esperar la autorización.
En este punto, la administración municipal insiste en un principio básico: la licencia no frena tu reforma, la protege. Y es ahí donde el ciudadano encuentra seguridad.
De hecho, hablar hoy de licencias en Sevilla es hablar también de futuro y planificación. Por eso, resulta inevitable poner el foco en la licencia de obra menor Sevilla, pieza clave en la maquinaria urbanística de la ciudad.
Las tasas municipales para obtener esta licencia dependen del presupuesto de la obra y de su alcance. Para hacerse una idea:
Estas cifras son orientativas y pueden variar. Lo importante es incluirlas en el presupuesto inicial para evitar sorpresas. Al fin y al cabo, pagar la licencia es menos costoso que enfrentarse a una multa que multiplica por tres o cuatro el importe original.
Es aquí donde la conversación se amplía: porque junto a las licencias de obra menor aparecen otras, no menos importantes, como las licencias de actividad y las licencias de apertura, imprescindibles en el ámbito comercial y hostelero. Todo forma parte de una misma realidad normativa que no se puede eludir.
Para entender la magnitud de esta red de permisos, resulta útil asomarse a cualquier blog de licencias, donde se observa hasta qué punto este universo de trámites regula la vida urbana en la Sevilla de hoy.
No es difícil escuchar a quien decide lanzarse a reformar su vivienda o local sin licencia. Pero conviene saber que las consecuencias son serias:
Lo que se gana en inmediatez, se pierde en seguridad. Y, en Sevilla, la normativa es clara: toda reforma debe estar respaldada por la correspondiente autorización.
No todas las intervenciones exigen licencia. Reparaciones menores como pintar paredes, cambiar una baldosa rota o podar un jardín suelen quedar al margen. Pero atención: incluso en estos supuestos, conviene confirmarlo con el Ayuntamiento. Porque en Sevilla —y más en su casco histórico— lo que parece un simple detalle puede estar sometido a regulación especial.
Hoy, hablar de licencia de obra menor en Sevilla es hablar de una ciudad que apuesta por la legalidad, la seguridad y la convivencia. Cada licencia concedida es un acto de responsabilidad cívica. Un recordatorio de que la ciudad no se construye a golpe de improvisación, sino de normas compartidas.
Y no solo se trata de casas y locales. Las licencias son también la llave que abre negocios, que regulariza actividades y que permite a la ciudad evolucionar sin perder su identidad. Porque la Sevilla de hoy —y la del mañana— se escribe con reformas, aperturas y proyectos que respetan la normativa.
Si Sevilla se reinventa, lo hace con licencias. Y nosotros, como ciudadanos responsables, debemos entender que solicitar una licencia de obra menor no es un trámite aburrido, sino un compromiso con nuestra ciudad, con nuestras casas y con nuestro propio futuro.